Casals con compromiso social

Las situaciones de dificultad que hemos vivido en el último año y medio no deberían menoscabar ciertas realidades vinculadas a familias que ya estaban en una situación límite, y a las que esta crisis, obviamente, no ha ayudado a superar. En la primavera del año pasado, una de las primeras preocupaciones que nos esforzamos en solucionar fueron las becas comedor, la ayudas que permiten a escolares garantizar una comida al día en los comedores de los centros educativos. Con el primer confinamiento y el cierre de escuelas, se tuvo que implementar un mecanismo de urgencia alternativo.

En esta línea, durante los veranos, desde hace ya bastantes años en Cornellà también llevamos a cabo un plan, con la colaboración inestimable de diversas entidades, para ofrecer casals de verano a niños y niñas de este entorno de vulnerabilidad social. Tienen un doble objetivo, primero la acogida e integración de estos niños que, por cuestiones básicamente económicas, tienen menos acceso a opciones de ocio, y en casos específicos, incluso garantizar esa comida diaria que durante el curso se vehicula en los comedores escolares.

El verano pasado, por suerte ya sin confinamiento, se pudieron llevar a cabo los casals, y también se realizarán este año, con las medidas preventivas y de seguridad necesarias, pero sobre todo con el convencimiento de que es un esfuerzo colectivo capital, en el que como ya he dicho, prestan una importantísima colaboración entidades de la ciudad de diferentes barrios. Hasta unas 300 familias, este verano, incluso en el mes de agosto en muchos casos, podrán beneficiarse de esta iniciativa solidaria e inclusiva. Un ejemplo de solidaridad y de compromiso ante las dificultades.