El Ayuntamiento de Cornellà inicia una campaña para identificar genéticamente a los perros

30 de noviembre de 2021
  • A partir del 1 de diciembre se enviarán cartas informativas a los ciudadanos que tienen registrados a sus perros en el censo municipal de animales de compañía para que puedan hacer la prueba a su mascota de forma gratuita
  • La medida pretende, por un lado, preservar el bienestar de los animales y reducir los abandonos y malos tratos y, por otro, contribuir a mejorar la limpieza urbana

 

A partir del 1 de diciembre, el Ayuntamiento de Cornellà de Llobregat inicia una campaña informativa sobre la implantación del ADN canino. Una iniciativa recogida en la Ordenanza Municipal de Convivencia Ciudadana y que es obligatoria para poder incluirlos en el censo municipal de animales de compañía.

El objetivo de esta medida es doble: por un lado, preservar el bienestar del animal y reducir el maltrato y la tasa de abandonos y, por otro, contribuir a solucionar problemas de salubridad, limpieza urbana, bienestar y convivencia ciudadana.

Un grupo de doce educadores cívicos informará en los espacios públicos sobre la campaña (con trípticos informativos y regalo de porta-bolsitas para recoger las heces), explicando la obligatoriedad de tener los perros registrados en el censo canino municipal tanto con microchip homologado como con patrón de ADN.

Paralelamente, el consistorio enviará una carta informativa a los propietarios de perros que estén correctamente registrados en el censo municipal hasta el 1 de diciembre de 2021, donde se incluirá un vale para poder realizar la prueba de ADN de forma gratuita hasta el 31 de marzo de 2022. El registro de huella se realizará mediante una prueba de saliva indolora en una de las clínicas veterinarias adscritas a la campaña.

 

Proteger a los animales y evitar comportamientos incívicos

El problema de las deposiciones de los perros es una queja constante por parte de la ciudadanía y es una de las infracciones relacionadas con el civismo que provoca más sanciones por parte de la Guardia Urbana (302, entre enero y octubre de 2021). Según se especifica en la Ordenanza Municipal de Convivencia, las sanciones por no cumplir con la normativa vigente pueden alcanzar los 1.500 euros.

Aparte del daño estético, este hecho supone también un riesgo para la higiene, especialmente cuando las heces son abandonadas en parques públicos, pistas deportivas o en otros espacios frecuentados por niños. Con la identificación directa mediante el ADN, el Ayuntamiento espera poder erradicar una práctica minoritaria, pero que perjudica la imagen y la convivencia en la ciudad.