Acuerdo Social: nuestra fuerza somos nosotros mismos

El pasado martes 19 de noviembre se procedió a hacer un repaso exhaustivo de todas las acciones efectuadas durante el año, así como de los resultados que se han podido obtener, de momento, con la puesta en marcha de l'Acord Social.
Cuando se pone encima de la mesa todo lo que se ha hecho: las personas que se han visto ayudadas gracias a esta iniciativa, el compromiso de más de 30 entidades de la ciudad, la implicación de más 200 personas voluntarias en el plan, el compromiso solidario de una buena parte de la ciudadanía, la capacidad del ayuntamiento de disponer de recursos propios para garantizar su compromiso en el mantenimiento de los servicios públicos y en ayudar a las personas, como apuestas claves de la inversión en estos dos últimos dos años; uno tiene una sensación agridulce, por una parte de orgullo de formar parte de ello, pero por otra parte de “tristeza” por no poder atender todas las demandas. Lo que hacemos cada vez cubre más necesidades, y sirve para evitar el ahogo que ha provocado este gran naufragio colectivo que hemos vivido y estamos padeciendo.

No nos podemos sentir satisfechos, pero no por ello debemos decaer en nuestro esfuerzo de seguir en este camino, una apuesta de ciudad, que gracias a nuestra capacidad de sacrificio, de gestión, de complicidades, ha logrado ser de los pocos ayuntamientos de Catalunya y del estado español en poder generar, por ejemplo, más de 1000 puestos de trabajo temporal para personas paradas sin prestación económica en los años 2013 a 2015, de generar espacios para nuevos emprendedores, de abrir un camino para la relación empresa – formación profesional, de mejorar la formación de los empresarios, de disponer de un espacio digno para el suministro de alimentos a las familias en peores situaciones, de garantizar alimentación a los niños de la ciudad, de poner refuerzo académico para paliar los recortes presupuestarios que han hecho otras administraciones. No son palabras, son hechos, y estos son incontestables.
Nuestra fuerza somos nosotros mismos. Y nuestra capacidad, hoy, garantiza poder seguir en este camino al menos hasta el año 2015, dando respuesta al conjunto de compromisos adquiridos en el Acuerdo Social. Tenemos mucho trabajo por delante, nuevas medidas que estamos estudiando en diferentes campos, pero estoy convencido que con el impulso municipal y la corresponsabilidad de los ciudadanos esto será posible. Sin ellos, ciertos proyectos no podrían ser una realidad, como por ejemplo, el abrir la “Botiga Solidària” o un “Esplai Solidari” en agosto para garantizar alimentos para las personas más vulnerables.

Mi más sincero agradecimiento a todas las personas de la ciudad, que dedican parte de su tiempo a hacer posible muchos de los programas que están en marcha, y en particular a aquellos que incluso sacrificaron parte de sus vacaciones para participar en las actividades del mes de agosto. Es un trabajo sin descanso para paliar, hasta donde nuestro esfuerzo nos permita, las consecuencias de una crisis económica con graves repercusiones sociales.