Bibliotecas de proximidad: una oportunidad
La agenda de actividades semanales y formativas se ensancha cada vez más, en nuestros newsletters de noticias, como el Cornellà al Día, o en la página Què Fer a Cornellà, que acaba de modernizar su diseño.
No sólo se ensancha porque algunas programaciones se retoman a finales de enero, como es el caso de las actividades familiares de descubrimiento del patrimonio e historia de la ciudad; este domingo, por ejemplo, se realiza una visita guiada al Palau Mercader, y una visita familiar a la exposición sobre la historia del veraneo que acoge la planta baja.
También se amplían las propuestas porque desde el año pasado, nuestra red de bibliotecas ha adquirido una mayor dimensión, con cinco equipamientos. En los años noventa estrenamos una moderna y amplia biblioteca Central, y la realidad de su uso y capacidades como espacio comunitario, nos llevo a diseñar una propuesta descentralizada, mucho más ambiciosa.
Enmarcadas en el Pla Ciutat de la Lectura, primero llegaron la biblioteca Marta Mata y la biblioteca Sant Ildefons, y en los pasados meses, la biblioteca Teresa Pàmies en Almeda y la biblioteca Clara Campoamor en Fontsanta-Fatjó.
Tener estos centros de conocimiento y de actividades en cada barrio es una oportunidad que no debemos pasar por alto. Por lo que decía en principio: no solamente sirven para consultar libros, cada semana acogen actividades, cada semana ofrecen oportunidades de aprender, de formarnos, de compartir conocimiento, incluso de espectáculos familiares. Y también son un lugar de estudio en épocas de exámenes, y algunas en cualquier noche del año con el uso de la App de Seguridad como “llave” de entrada, opción novedosa que demuestra su versatilidad e importancia como equipamiento comunitario.
Son una oportunidad que hemos podido hacer realidad con mucho empeño y con la satisfacción añadida de cumplir un compromiso con la ciudad. El saber es una herramienta de progreso, y proteger y consolidar estos equipamientos constituye una oportunidad también.