Treinta años del Auditori de Cornellà
Cultura es una palabra multidimensional, que forma parte de nosotros e influye en nuestra identidad, enriquece nuestro tiempo y define nuestro entorno. Es mucho más que espectáculo, que el puro conocimiento, o que una manifestación de tradiciones. La cultura representa mucho más, es también la clave de la inclusión, de la tolerancia, la diversidad, la innovación...
En lo concreto, en la política municipal del día a día, promover la cultura nos lleva a dar apoyo a la actividad asociativa, a vertebrar las celebraciones populares, y a planear programaciones artísticas y escénicas que acerquen buenas propuestas a la ciudad. Y L’Auditori de Cornellà nació hace treinta años para ser nuestro teatro municipal. Para ser un escenario de teatro, de música, de danza, y también para enriquecer y definir nuestra dimensión cultural y colectiva, como ciudad, inscrita en una realidad que, por su cercanía a Barcelona, tuviera su propia personalidad con la misma, o mejor si era posible, calidad de equipamiento.
Bajo estos focos han estado destacados intérpretes, artistas, actores y actrices, y también se han desarrollado innumerables acontecimientos ciudadanos. Por ello nació, porque Cornellà requería de un espacio propio, inclusivo, que se convirtiera en un referente no solo en la ciudad, sino en el área metropolitana. Es una obviedad, pero conviene recordar que hace treinta años, ni nosotros, ni Cornellà, éramos los mismos, en aquel momento era muy importante invertir y construir una red de equipamientos que reforzara culturalmente la ciudad, que dignificara su capacidad para ofrecer a la ciudadanía, y hacia el exterior, nuevas propuestas.
Este fin de semana, su telón se ha alzado para celebrar este aniversario, con una gala, un concierto, una obra de teatro, un espectáculo infantil, e incluso un programa especial de la cadena SER dedicado al cumpleaños de la sala. Todo ello es una muestra de lo que ofrece L’Auditori, pero lo que ha construido a lo largo de treinta años es una realidad cultural que puede parecer intangible, pero que ha sido muy importante para Cornellà.