La realidad de una ciudad renaturalizada
Seguramente habrán visto que la avenida República Argentina está en obras y que también, más recientemente, se ha iniciado la remodelación en la calle Bonestar, dos importantes arterias de la ciudad que son muy transitadas por los peatones. En ambas veremos una significativa transformación, ya no sólo por la ampliación de aceras y mejoras en iluminación y mobiliario, sino porque las dos forman parte del proyecto Cornellà Natura, con el que estamos renaturalizando la ciudad, haciendo realidad, un urbanismo humanizado en el que convivan armónicamente la ciudadanía con un espacio público accesible, sostenible, natural, cómodo y respirable, poniendo en segundo plano el tráfico de vehículos.
Antes de iniciar el proceso de remodelación hemos realizado reuniones con los vecinos para explicarles el proyecto y para conocer sus necesidades, como intentamos hacer siempre que las obras suponen un tiempo de incomodidad para los vecinos de la zona.
Son proyectos que por la pandemia se vieron ralentizados y que ahora empiezan a cobrar forma y a hacerse realidad, en gran parte, gracias a los fondos europeos Next generation EU, que para nuestra ciudad se traducen en una inyección de alrededor de 4 millones de euros. Y además, y muy importante, podemos acometerlas sin que se resientan lo más mínimo todos los programas y servicios municipales que tienen que ver con la atención a las personas, más aún cuando estamos sufriendo las consecuencias de esta crisis que pone en riesgo a los colectivos más vulnerables.
Buscar el equilibrio no siempre es fácil, pero hemos tenido y tenemos muy claras nuestras prioridades y los recursos con los que contamos.
La renaturalización de la ciudad es una realidad palpable en actuaciones como la peatonalización de la calle Verge de Montserrat, la transformación en una paseo de la avenida Alps, la mejora de la avda. Sant Ildefons en su acceso desde la carretera d'Esplugues, la reurbanización de la avenida Pablo Picasso o la pacificación de la carretera del Prat, entre otras.
A ellas se unirán próximamente las calles Tirso de Molina y Albert Einstein, en Almeda o la reforma de la parte superior de la rambla Anselm Clavé.
Estamos en el camino de esa transformación natural de la ciudad, para que sea más verde y sostenible, más respirable y más humana, que además nos permita fomentar y preservar la biodiversidad para garantizar la salud y el bienestar de los ciudadanos.
Todo ello se ha traducido en los últimos cinco años en: 18.700 metros cuadrados más de espacios verdes, más de 500 nuevos árboles plantados, hemos ganados más de 7.500 metros cuadrados para los peatones y hemos creados 30 quilómetros nuevos de carriles bici.
No son tan solo datos, son transformaciones que en el futuro inmediato permitirán mejorar nuestra relación con el medio urbano, protegiéndolo y beneficiando la salud de las personas.