Presupuestos: La seguridad como clave de la convivencia

En el mandato que ahora acabamos, la seguridad ha sido uno de los puntales de nuestra política municipal, y ello ha tenido una clara repercusión en los presupuestos municipales. Hemos trabajado intensamente para generar un clima de confianza en la ciudad, para favorecer la convivencia y, para ello, hemos establecido mecanismos preventivos desde diferentes perspectivas y con objetivos muy concretos: preservar la seguridad individual para fortalecer la seguridad colectiva.

Mecanismos como la APP de seguridad ciudadana, y su dispositivo para alertar en casos de violencia machista; o evitar la degradación de los espacios públicos para generar más confianza, con una iluminación adecuada y unos espacios ordenados y limpios, se han sincronizado con el hacer diario de las fuerzas de seguridad y, más concretamente, con la Guardia Urbana. En los dos últimos años, el gasto en políticas públicas y de seguridad y protección civil han crecido alrededor de un 19%. A la plantilla se han incorporado 12 agentes nuevos, 1 perro,  nuevos vehículos y más recursos tecnológicos que nos permiten aumentar las Unidades Especiales, así como ofrecer mayor cobertura y mejor servicio a la ciudadanía.

Asimismo, la creación del  Servicio de Observación Nocturna (SON): los Serenos, que cumplen este mes de febrero su primer año de actividad con un balance positivo respecto a sus competencias y a la percepción de la ciudadanía, son otro ejemplo de nuestra voluntad política. Porque entendemos la seguridad como un concepto integral y transversal que se debe adaptar a las necesidades y la idiosincrasia de cada barrio, de cada espacio, con políticas concretas y otras más globales. En este sentido, un ámbito que nos preocupa notablemente es la protección de las mujeres, esa especificidad la tenemos también como prioritaria, la violencia machista es también una cuestión de seguridad y de políticas preventivas. Pero además del esfuerzo de cada municipio, es importante tener una visión amplia, porque las políticas de seguridad no se pueden desarrollar y abordar solamente a escala local, debe establecerse un compromiso supramunicipal para abordarla desde una perspectiva territorial más extensa con el objetivo de optimizar recursos y servicios.

Una mayor seguridad individual y colectiva garantiza una convivencia más libre y genera ciudades más igualitarias, cohesionadas y equilibradas socialmente.